jueves, 2 de enero de 2025
Hija mía, de todo corazón te bendigo Vol XXV
miércoles, 1 de enero de 2025
VOLUMEN 46, DICIEMBRE 281938
(46) Diciembre 28, 1938 » Cómo se forma el eco entre Creador y criatura. Cómo un acto en el Querer Divino se encuentra por todas partes. El Rey y el ejército. La Maternidad de la Reina del Cielo
Ahora hija mía, escúchame y préstame atención, quiero decirte una gran sorpresa de nuestro Amor y quiero que no se te escape nada, quiero hacerte conocer hasta donde llega la Maternidad de mi Madre Celestial, qué cosa hizo y cuánto le costó y le cuesta todavía ahora. Tú debes saber que la gran Reina no sólo me hizo de Madre con el concebirme, con el darme a la luz, con nutrirme con su leche, con darme todos los cuidados posibles que se necesitaron en mi infancia; esto no era suficiente ni a su materno amor ni a mi Amor de Hijo, por eso su amor materno corría en mi mente, y si pensamientos dolorosos me afligían, extendía su maternidad en cada uno de mis pensamientos, los escondía en su amor, los besaba, así que mi mente me la sentía escondida bajo el ala materna que no me dejaba jamás solo. Cada pensamiento mío tenía a mi Mamá que me amaba y me daba todos sus cuidados maternos. Su maternidad se extendía en cada respiro, en cada uno de mis latidos, y si mi respiro y latido eran sofocados por el amor y por el dolor, Ella corría con su maternidad para no dejarme sofocar por el amor y poner el bálsamo a mi corazón traspasado. Si miraba, si hablaba, si obraba, si caminaba, Ella corría para recibir en su amor materno mis miradas, mis palabras, mis obras, mis pasos, los investía con su amor materno, los escondía en su corazón y me hacía de Mamá; también en el alimento que me preparaba hacía correr su materno amor; así que Yo, comiéndolo, sentía su Maternidad que me amaba; y qué decirte del alarde de Maternidad que hizo en mis penas! No hubo pena ni gota de sangre que vertiera, en la que no sintiera a mi amada Mamá. Después que me hacía de Mamá, tomaba mis penas, mi sangre, las escondía en su materno corazón para amarlas y continuar su Maternidad. ¿Quién puede decirte cuánto me amó y cuánto la amé? Mi Amor fue tanto, que Yo no sabía estar en todo lo que hice sin sentir su Maternidad junto conmigo, puedo decir que Ella corría para no dejarme jamás, aun en el respiro, y Yo la llamaba, su Maternidad era para Mí una necesidad, un alivio, un apoyo a mi Vida acá abajo.
Ahora hija mía, escucha otra sorpresa de Amor de tu Jesús y de nuestra Mamá Celestial, porque en todo lo que se hacía entre mi Mamá y Yo, el Amor no encontraba obstáculos, el Amor del uno corría en el Amor del otro para formar una sola Vida. Ahora, queriendo hacerlo con las criaturas, cuántos obstáculos, rechazos e ingratitudes, pero mi Amor no se detiene jamás, tú debes saber que en cuanto mi inseparable Mamá extendía su Maternidad dentro y fuera de mi Humanidad, Yo la constituía y la confirmaba como Madre de cada uno de los pensamientos de las criaturas, de cada respiro, de cada latido, de cada palabra y hacía extender su Maternidad en las obras, en los pasos, en todas sus penas; su Maternidad corre en todas partes, cuando la criatura está en peligro de caer en pecado, corre, los cubre con su Maternidad a fin de que no caigan, y si han caído deja su Maternidad como ayuda y defensa para hacerla levantarse. Su Maternidad corre y se extiende sobre las almas que quieren ser buenas y santas, y como si encontrase a su Jesús en ellas, hace de Madre a su inteligencia, guía sus palabras, las cubre y esconde en su amor materno para hacer crecer a otros tantos Jesús. Su Maternidad hace alarde sobre el lecho de los moribundos, y valiéndose de los derechos de autoridad de Madre, dados por Mí, me dice con acento tan tierno que Yo no puedo negarle nada: "Hijo mío, soy Madre y son hijos míos, debo ponerlos a salvo; si no me concedes esto mi Maternidad quedará afligida." Y mientras esto dice, los cubre con su amor, los esconde en su Maternidad para ponerlos a salvo. Mi Amor fue tanto que le dije: "Madre mía, quiero que seas la Madre de todos, y lo que me has hecho a Mí lo harás a todas las criaturas, tu Maternidad se extienda en todos sus actos, de modo que a todos los veré cubiertos y escondidos en tu amor materno." Mi Mamá aceptó y quedó confirmado que no sólo debía ser Madre de todos, sino que debía investir cada uno de sus actos con su amor materno. Esta fue una de las gracias más grandes que hice a todas las generaciones humanas. ¿Pero cuántos dolores no recibe mi Mamá? Llegan a no querer recibir su Maternidad, a desconocerla y por eso todo el Cielo ruega, espera con ansia que la Divina Voluntad sea conocida y reine, y entonces la gran Reina hará a los hijos de mi Querer lo que hizo a su Jesús, su Maternidad tendrá vida en sus hijos. Yo cederé mi puesto en su corazón materno a quien viva en mi Querer; Ella los hará crecer, guiará sus pasos, los esconderá en su Maternidad y Santidad, en todos sus actos se verá impreso su amor materno y su Santidad, serán verdaderos hijos suyos que me semejarán en todo, y ¡oh, cómo suspiro que todos lleguen a saber que quien quiere vivir en mi Querer tiene una Reina y Madre potente, que suplirá a lo que les hace falta a ellos, que los hará crecer en su regazo materno y que en todo lo que hagan estará junto con ellos para modelar sus actos a los suyos, tanto, que se conocerá que son hijos crecidos, custodiados, educados por el amor de la maternidad de mi Mamá, y éstos serán los que la volverán contenta y serán su gloria y honor."
Fiat!!!
VOL 20-44 Enero 1, 1927
....Y esto quiero que sea tu vida:la llamada continua del Reino de mi Voluntad en medio a las criaturas”. (4) Después de esto estaba girando por toda la Creación para llevar junto conmigo el cielo, las estrellas, el sol, la luna, el mar, en suma, todo, a los pies del niñito Jesús para pedirle todos juntos que la venida de este Reino de su Voluntad a la tierra llegara pronto, y en mi deseo le decía: “Mira, no estoy yo sola en pedirte, sino que te ruega el cielo con las voces de todas las estrellas, el sol con la voz de su luz y de su calor, el mar con su murmullo, todos te piden que venga tu Querer a reinar sobre la tierra, ¿cómo puedes resistirte y no escuchar tantas voces que te ruegan? Son voces inocentes, voces animadas por tu misma Voluntad que te piden”. Ahora, mientras esto decía, mi pequeño Jesús ha salido de dentro de mi interior para recibir el homenaje de toda la Creación y escuchar su mudo lenguaje, y estrechándome a Sí me ha dicho: (5) “Hija mía, el medio más fácil para apresurar la venida de mi Voluntad a la tierra son los conocimientos de Ella. Los conocimientos llevan luz y calor al alma y forman en ella el acto primero de Dios, en el que la criatura encuentra el primer acto para modelar el suyo, si no encuentra ese primer acto, la criatura no tiene virtud de formar su primer acto, por lo tanto faltarían los actos, las cosas de primera necesidad para formar este Reino. Mira entonces qué significa un conocimiento de más sobre mi Voluntad: Llevando en sí el acto primero de Dios, llevará consigo una fuerza magnética, un imán potente para atraer a las criaturas a repetir el acto primero de Dios; con su luz llevará el desengaño de la voluntad humana; con su calor ablandará los corazones más duros para plegarse delante a este acto divino y se sentirán atraídos a quererse modelar en este acto. Por eso por cuantos más conocimientos manifiesto sobre mi Voluntad, tanto más pronto se apresura el Reino del Fiat Divino sobre la tierra”........
Hija mía, de todo corazón te bendigo Vol XXV
"Hija mía, de todo corazón te bendigo, más bien bendigo a mi misma Voluntad en ti, bendigo tus pensamientos, respiros y latidos, a fin...
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